jueves, 28 de agosto de 2014

Moon-Base


Base lunar. Módulo científico I.
Proyecto vida.
Ubicación: Mar Frigoris (polo norte lunar)
Personal: 2
Duración: 24 meses.

Año: 2036.

Wang médico y astrobiólogo  del proyecto vida, era el responsable de investigar un organismo unicelular que había sobrevivido en las rocas marcianas cuando el cometa Siding Spring (2013A1) impactó contra la superficie de Marte, en Octubre del 2014.  Parte de la masa  marciana fue arrojada al espacio exterior, viajando varios fragmentos a la Tierra y a la Luna. Los restos caídos en la Tierra fueron destruidos por riesgo a infección bacteriológica.

La base de operaciones lunar comenzó a construirse en la década del 2020. El programa espacial ruso colocó las primeras infraestructuras en suelo lunar. Poco después china y la india se unieron llevando sus propios módulos de investigación, principalmente para el estudio de las rocas marcianas halladas en la Luna.

Wang observaba aquella muestra biológica con gran entusiasmo. Era la prueba irrefutable de que en Marte hubo vida microbiana. La muestra de hielo marciano contenía en buen estado de congelación a una bacteria que se desarrolló y vivió en unas condiciones climáticas aptas para la vida.

-Perdona que te interrumpa, pero control de misión comunica que a las 12.00 pm hora de Singapur, finaliza el plazo señalado por el gobierno para la entrega de los resultados de la investigación del organismo X31-transmitió Sayáns al laboratorio.
-No te preocupes mi niña. Todo está listo. Nuestro bichito ha colaborado exitosamente. Las pruebas estarán a tiempo. Sólo me queda digitalizar la última fase del protocolo. Necesitaría tu ayuda con el ordenador porque está algo perezoso -suplicó el científico.
-Por supuesto Wang. En cuanto termine de reparar los conectores hidráulicos del módulo de acoplamiento-afirmó la ingeniera aeroespacial.

Para desplazarse entre los distintos módulos de la base, Sayáns debía utilizar el rover lunar, impulsado por energía solar. Pilotar el vehículo era una de las actividades favoritas de la ingeniera porque en ocasiones, se escapaba del perímetro de la base, para acudir a un saliente rocoso que hacía de mirador con vistas a nuestra esfera azul.
Cada dos meses, una nave enviada desde la Tierra, abastecía de alimentos, combustible y recambios a la base. El próximo repostaje traía algo más. El relevo del personal estaba a punto de llegar. El proyecto vida, estaba bajo un estricto secretismo del gobierno chino. La información que disponían los científicos que habitaban la base estaba muy vedada.
De hecho, se rumoreaba entre la comunidad científica, que la finalidad del proyecto vida era la manipulación de una perfecta arma biológica.

 Tras el recorrido turístico con el rover lunar, Sayáns buscó a Wang en el módulo científico I. Notó algo extraño, el silencio invadía el laboratorio. Había cristales por el suelo, posiblemente restos de probetas. El médico se hallaba en el suelo inconsciente, y la expresión de su rostro parecía haber congelado un momento de angustia.

-¡Wang! ¿Me escuchas? ¿Qué ha pasado?-preguntó Sayáns sosteniendo su cabeza.
-Creo que me he desmayado. Comprueba los niveles de oxígeno y presión del  módulo. Debe de haber alguna fuga en la estructura-comentó Wang mientras se incorporaba.
-Negativo. No saltó la alarma-aseguró su compañera.
-Me temo que el laboratorio está contaminado-dijo el científico mientras comprobaba que las rocas marcianas se encontraban fuera de las incubadoras.
-Y nosotros también-afirmó la mujer.
-No podemos marcharnos. El protocolo de emergencia nos exige tres semanas de cuarentena-aseguró el médico.

La nave de abastecimiento acababa de realizar la maniobra de atraque en el módulo de acoplamiento. En unos minutos se unirían a ellos, y  no podían permitir el acceso al laboratorio.

Wang y Sayáns no podían creer lo que estaban viendo. La tripulación de reemplazo eran androides militares. Los robots les informaron que eran los últimos humanos vivos, pero los más valiosos porque en su interior portaban la bacteria que haría exterminar toda vida en la Tierra. Resultó ser que el proyecto vida, era en realidad el proyecto muerte. Si efectivamente, este proyecto lo gestaron los humanos para la creación de una posible arma biológica, pero controlada fuera de la biosfera, en la Luna. La inteligencia artificial de los ordenadores cuánticos controlaba el 90% del proyecto vida, hasta que vieron su oportunidad de utilizarla contra nosotros. La vida en la Tierra estaba llegando a su fin, como cuando lo hizo en Marte hace miles de millones de años.

Los portadores de la bacteria marciana fueron puestos rumbo a la Tierra. La nave captó una débil señal procedente de la superficie azul. Transmitía en código morse y eso significaba vida humana.

-Creo que tenemos una oportunidad-dijo Sayáns-Podría manipular el ordenador de abordo para aumentar la velocidad de la nave y así aprovechar el tirón gravitacional de la Tierra e impulsarnos al espacio exterior.
-Una idea excelente mi niña. Siempre quise visitar los “anillos de Saturno”.

Desirée

jueves, 21 de agosto de 2014

Impactando Marte



Tras varias décadas frustradas de intentar calentar el planeta con superespejos puestos en órbita o con gases súper invernadero de fábricas distribuidas por toda la superficie marciana,  el comité internacional de asuntos marcianos optó por la desviación de cientos de asteroides hacia el planeta rojo, para que impactaran mayoritariamente en sus polos, liberando así todo el dióxido de carbono atrapado en el hielo.

Dicha expulsión masiva de CO2  aumentaría la densidad de la atmósfera y un efecto invernadero global. ¿Por qué la densidad es beneficiosa? Porque aporta presión, y la presión es lo que hace que el agua se quede quietecita en estado líquida sobre la superficie y no se evapore.

Debido a que Marte se encuentra próximo al cinturón de asteroides, sería más viable establecer un centro de operaciones de impactos, con base en el planeta rojo. Los  bólidos cósmicos serían monitorizados con más rapidez y con la atracción gravitacional de las sondas fabricadas para este cometido, el bombardeo se materializaría en una escala de tiempo inferior si se gestionase desde la Tierra.

Base I de operaciones de impactos.
Misión 45. Año 2085

Puedo considerarme afortunada de poder caminar y respirar sin traje de supervivencia, aunque controlando los niveles de radiación. Mis antecesores, sobre todo de las 10 primeras misiones, debieron de pasar un infierno aquí abajo. Muchos fallecieron posteriormente.

Respiro sí, aunque con algo dificultad, como cuando subí al monte Everest de joven. He cumplido el 90% de mi estancia sola como ingeniera y geofísica en este planeta, aproximadamente un año marciano, 668 días terrestres. 

La media de impactos ronda 2 ó 3 al día, siendo agotador realizar los cálculos correctos de la atracción gravitacional de los asteroides hacia la superficie. El último informe indica que la densidad del cinturón ha disminuido considerablemente. Esperemos por el bien de todos, que estos resultados no influyan en equilibrio gravitacional con Júpiter.

La misión 46 está casi en órbita; mi billete de regreso a la Tierra, o mejor dicho a Tierra I.

Desirée


domingo, 3 de agosto de 2014

MadriZ

DESENLACE


Una luz blanca me cegaba los ojos impidiéndome ver lo que tenía a mi alrededor. Mi cuerpo reposaba en posición horizontal sobre una especie de camilla. Mis pies y manos estaban fuertemente anudados por unas correas fijadas a las patas. Cuando mi visión se hizo más nítida, observé que una burbuja de plástico cubría la estancia donde me hallaba. Unas figuras humanas se transparentaban al otro lado de la cúpula; parecían estar discutiendo. Uno de ellos atravesó el impermeable de seguridad y se acercó a mí con una mascarilla en la cara.

-¡Buenos días, señorita! Mi nombre es Dr. Anders Nordström, director general de la Organización Mundial de la Salud. Se encuentra en un hospital de campaña de la OTAN. Fue rescatada por nuestros soldados en el asedio a Madrid, y me temo que usted es la única superviviente. Seguimos una señal en movimiento vía satélite procedente de su dispositivo móvil desde que comenzó el brote, pero no pudimos intervenir antes en la ciudad, porque debíamos interceptar previamente al paciente cero, ya que es vital para proporcionar la vacuna contra esta terrible enfermedad. La zona cero se localizó en el museo del Prado, donde comenzó todo. Un equipo miliar especializado fue tras los pasos de los supervivientes y los ha conducido hasta usted en las inmediaciones del Palacio Real, cuartel general del los infectados. No pudimos arrasar la zona hasta no estar seguros de localizar al paciente cero. Muchas ciudades de todo el mundo han sido literalmente destruidas, pero afortunadamente numerosos grupos hemos sobrevivido a la infección, aunque el 80% de la población mundial ha desaparecido. Debemos con urgencia obtener la vacuna para erradicar de una vez el mortal virus.

Aquel hombre hablaba mi idioma a la perfección, pero seguía sin recordar cómo narices había despertado muy cerca de la zona cero. Lo único que recordaba era haber estado paseando por el parque del Retiro antes de todo esto.

-Disculpe señor Nordström. Pero no sé que esperan de mí. No recuerdo nada, ni siquiera mi nombre.

-Su nombre es Estelle Boissieu de 21 años de edad, natural de la ciudad de Lyon, Francia. Forma parte de un intercambio cultural entre la universidad complutense de Madrid y la universidad de Lyon. Estuvo usted paseando con la estudiante española por el parque del Retiro antes de visitar el museo del Prado. Su acompañante murió en la misma sala 4, el equipo encontró sus restos. Después de ser  trasladada a la enfermería, alguien le sacó del museo pero cayó en el Paseo del Prado, donde despertó.

De repente un fogonazo de imágenes inundó mi mente. Ahora todo encajaba, la extranjera era yo. Los integrantes del pequeño grupo del metro eran españoles, y el chico con seguridad tenía ascendencia francesa.

Recordé la entrada al museo y su recorrido hasta la sala 4. El Jardín de las Delicias del Bosco, era uno de los motivos de mi visita; mi proyecto fin de carrera dependía de esta obra.

-Dígame señor Nordström, ¿han localizado al paciente cero?

-Afortunadamente sí, señorita. Le tengo delante de mí. Es usted Estelle. ¿No se ha preguntado durante estos días por qué no enfermó? Pues porque usted es inmune a la infección-afirmó el doctor.

-No, se equivoca. No estuve en ningún momento en contacto directo con esas bestias. No tengo ni un rasguño.

-Madame. El virus mutó para transmitirse por el aire.

-Pero, ¿cómo explicaría que los integrantes del grupo al que acompañé no se infectaran por el aire?-Señalé.

-Porque ellos permanecieron bajo tierra; en el metro estaban aislados. Al menos durante unos días más. Y luego cuando subieron al exterior, fueron muriendo con rapidez asesinados por los infectados.

-Si yo soy el paciente cero, ¿cómo me contagié y de qué exactamente?-pregunté con impaciencia.

-¿Conoce usted la mayor pandemia de la historia de la humanidad, la peste negra?

-Sí. Tuvimos una charla sobre el tema en la universidad de Lyon durante el segundo año de carrera. El ponente fue un eminente catedrático de historia, especializado en enfermedades antiguas. Recuerdo perfectamente la brillante exposición-afirmé.



Mientras el doctor me ponía en contexto, recordé en silencio que la peste negra mató a 25 millones de personas en Europa y a 60 millones en Asia en el s.XIV, aunque el primer brote se remonta alrededor de año 536 d.c, durante el imperio Justiniano. La bacteria causante de la enfermedad era de origen africano, y se propagó con facilidad en las ratas por una pulga común de los roedores, y como la rata es un animal cercano al hombre, porque se encuentra en las urbes, puertos e inclusive en los barcos, pronto se transmitió. La bacteria despertó de su letargo al bajar la temperatura media global por un invierno volcánico, debido a una erupción de una gigantesca caldera volcánica llamada lago de Ilopango en El Salvador, centro América.

-Pero eso qué diablos tiene que ver conmigo y con esta época. Desde hace más de quinientos años no ha habido brotes de peste negra con tanta mortandad-puntualicé.

-Recientes investigaciones científicas afirman que la bacteria causante de la peste no sólo se transmitía por riego sanguíneo sino también por el aire y por los tejidos de la ropa. Por eso en la edad media, quemaban los cuerpos de los muertos y también todas sus pertenencias. Nuestro equipo científico ha comprobado que usted contrajo la bacteria inhalándola al aproximarse al mismísimo cuadro El Jardín de las Delicias, me explico. El soporte que utilizaban los artistas de la época era el lienzo, elaborado con tejidos. La bacteria de algún modo sobrevivió inexplicablemente durante siglos oculta entre el lienzo y casualmente semanas antes, la obra había sido restaurada por los especialistas que utilizaron productos químicos que alteraron el metabolismo de la bacteria, liberándola de su confinamiento. Si recuerda, señorita en la sala 4 existe un perímetro de seguridad donde nadie puede traspasar, pero usted no lo respetó y se acercó lo suficiente para que la bacteria encontrara un nuevo vector transmisor, usted.   

En cuestión de minutos, la bacteria mutó en su cuerpo a virus y lo contagió al vigilante de seguridad y así sucesivamente se extendió como el fuego. El resultado en los infectados ya lo conoce. No obstante, señorita Boissieu cualquiera se podría haber infectado antes o después, era cuestión de tiempo-confirmó el doctor.

-Entonces señor Nordström, ¿tengo en mi cuerpo la cepa original de la bacteria?-pregunté asustada.

-Efectivamente. La bacteria se transforma en virus cuando usted exhala el aire de sus pulmones y así contagia. Los medicamentos para combatir las bacterias son los antibióticos, por lo tanto muerta la bacteria erradicamos el virus. Pero antes debemos aislar una muestra de su bacteria para preparar la vacuna y administradla a las personas que aún quedan sanas-explicó el director.

-Doctor. Me llamó la atención cómo los infectados iban mejorando su sistema locomotor, teniendo en cuenta que sus cuerpos estaban mutilados.

-En nuestros laboratorios hemos comprobado que el virus evolucionaba mejorando su estructura y transformando la genética del infectado. Todo organismo, señorita, lucha por su supervivencia y como el virus encontró un buen lugar para vivir, lo fue mejorando para defenderse de los intrusos. Por eso los últimos infectados que vio usted, eran otro tipo de humanos capaces de sobrevivir en condiciones extremas y que se estaban organizando para aniquilar a los pocos supervivientes que quedábamos.

Tras la exposición del director de la OMS, fui conducida a otra sala de aislamiento donde cientos de médicos de todas las nacionalidades realizaron experimentos durante días. La bacteria desapareció de mi cuerpo gracias a un antibiótico único en el mundo, y en cuestión de semanas la nueva vacuna fue arrojada vía aérea a todas las colonias de supervivientes. Poco a poco, los países regresaron a su normalidad y lanzaron una campaña para aumentar la natalidad a escala mundial, ya que otra pandemia o un cambio climático repentino, podrían en peligro a la especie humana.


Meses después del holocausto, retomé mis estudios en la universidad de Lyon. Debía de continuar con mi proyecto de fin de carrera, basado en la obra del Bosco, El Jardín de las Delicias. Durante un día de investigación en la biblioteca de la facultad de arte, observé que en la parte central del tríptico, el artista había dibujado una rata negra, y curiosamente daba la casualidad que se encontraba representada en la zona del pecado original. Por lo tanto a través de este tríptico, el Bosco, nos muestra como profeta, una metáfora del apocalipsis; la peste concretamente es el cuarto jinete del apocalipsis y esta enfermedad está representada por la rata negra en muchas obras del renacimiento. Incluso fui más allá. El tríptico desde el punto de vista del espectador, de izquierda a derecha, se puede “leer” la peste desde el paraíso hasta el infierno y la prueba está porque aparece otra rata negra atrapada entre las fauces de un felino. Por lo tanto, la peste muere en el paraíso porque en el paraíso aún no hay pecado. Por último, en el infierno se representan a los cadáveres y la muerte, resultado de la peste.


Es un misterio cómo pudo la bacteria acabar entre los tejidos de esta obra y mucho más sobrevivir hasta nuestros días. Pero lo que está claro es que el Bosco con esta obra, nos vaticinaba mucho más de lo que a simple vista podíamos ver.

Fin.

Desirée Vergaz Aguilera

De interés:

Relato incluido en mi libro Los Sueños de Andrómeda. Aquí tenéis el enlace:

LOS SUEÑOS DE ANDRÓMEDA

Vídeo Jardín de las Delicias
Análisis Jardín de las Delicias