domingo, 22 de marzo de 2015

E.V.A -51

Cuatro astronautas íbamos a sustituir a la anterior expedición durante seis largos meses en total ingravidez. Las tareas diarias ya estaban meticulosamente organizadas; dos ingenieros (Mike y yo) se ocuparían del mantenimiento de la estructura y dos científicos (Rosalía y Balark) de los experimentos.



Durante la primera semana tuvimos que realizar una salida al exterior para sustituir un panel solar que había sido fragmentado por micrometeoritos.

-¡Chicos! Disponéis de 6h ahí fuera. El pronóstico de radiación solar se mantiene estable, por ahora-confirmó Rosalía desde la sala de comunicaciones.

En el exterior observaba los patosos movimientos de Mike retirando el panel de los anclajes.

-¡Mike! Menuda perturbación atmosférica que se está formando en Asia. Su diámetro es gigantesco-comenté mientras desenroscaba el último tornillo del panel solar.
-Es época de Monzón por lo que se ve-afirmó Mike.
-El panel está hecho añicos. No se podrá reutilizar ni para la reposición de piezas-comenté. Lo mejor será dejar que la gravedad de la Tierra lo arrastre y que se desintegre en la atmósfera.
-Estoy de acuerdo. Control de Misión decidirá.

Una vez confirmada la autorización desde superficie, soltamos todos los anclajes del panel y quedamos observando su trayectoria de caída libre hacia la Tierra.

Regresamos al interior de la Estación; la radiación se acercaba a niveles peligrosos. La escotilla de la cabina de presurización se encontraba abierta y preparada para introducirnos cuando Rosalía nos informó de un problema.

-¡Mike! ¡Diana! ¿Me copiáis?-preguntó con tono de preocupación Rosalía.
-¡Te copiamos! ¿Qué ocurre?-dije.
-Creo que falla la antena de comunicaciones. Control de Misión no responde-afirmó. Echad un vistazo. Aún os queda 30 minutos de E.V.A.
-¡Afirmativo! ¿Y qué pasa con la radiación?
-Balark girará unos grados la Estación para cubriros durante unos minutos del viento solar. Utilizar las mochilas de propulsión para daros impulso.

Mike y yo flotamos en paralelo a tan sólo unos metros del Laboratorio Destiny cuando recibimos un fuerte impacto electromagnético. Las mochilas dejaron de funcionar al instante y sin anclajes, quedamos alejados de la estructura.
-¡Mierda! ¿Qué diablos ha pasado?-grité-.Rosalía no responde.
-Ha debido ser una descarga electromagnética y desde luego no ha sido solar, la Estación nos aísla. Quizás restos de rayos gamma de una supernova. La antena estará frita-afirmó Mike.
-¡Genial!, y ahora qué narices hacemos. Hay mucha distancia hasta los amarres de seguridad.  
-Utilizaremos las pistolas de los trajes. Contienen varios metros de cable. Mi posición respecto a la ISS es más alejada que la tuya. Dispararé mi cable para engancharme a ti, y tú apunta bien al Destiny-ordenó Mike.

Mi compañero me alcanzó a la primera. Ahora me tocaba a mí. Si fallaba en unos centímetros, Control de Misión vería dos puntitos alejarse de la Estación y adiós. Moriríamos en menos de una hora asfixiados.

Mientras apuntaba al blanco, ocurrió algo que no estaba al alcance de las leyes físicas conocidas. La ISS comenzó a estirarse como un Spaghetti, atraído aparentemente por una fuerza de gravedad descomunal. Disparé antes de que la estructura se alejara más de nosotros. Se enganchó, pero el violento tirón partió el alambre de Mike. La muerte quedó reflejada en su rostro mientras salía disparado hacia el espacio exterior.

A mí alrededor la luz y el espacio se distorsionaban, pero la Tierra seguía en el mismo lugar. Todo apuntaba a que la Estación había penetrado en un agujero de gusano, o puente de Einstein-Rosen.

-¡Diana! ¿Me copias?-transmitió Rosalía.
-Te copio. He perdido a Mike.
-Lo sé. No podemos hacer nada por él. Viajamos a una velocidad cercana a la luz. Deberíamos estar muertos. Ahora, dirígete a la plataforma de experimentos científicos, Balark te introducirá en la Estación.

El caos visual continuaba a nuestro alrededor. La Tierra, en el mismo lugar, sin cambios. Me preguntaba si el otro extremo del gusano nos conduciría a un universo paralelo. Pero, ¿Cómo sería posible estando nuestro planeta ahí estático?

-¡Balark! ¿Me copias? Estoy a dos metros de la plataforma. Espero tus instrucciones-dije.
-Te copio. Voy a utilizar el módulo como cabina de presurización improvisada, de este modo una vez dentro podrás adaptarte sin riesgo a la presión del la Estación.

Por fin me encontraba dentro. Aún no podía quitarme el casco, la presión seguía descompensada. Balark me esperaba en el laboratorio JEM, anexo a la plataforma.

-¡Balark! La presión se ha igualado. Abre la escotilla, yo no puedo. ¿Me oyes?-grite.

Balark no respondía. Posiblemente también fallaban las comunicaciones a bordo. Rosalía tampoco contestaba. Me despojé del traje espacial. Las paredes de la plataforma estaban condensadas debido a la vaporización de los líquidos de los experimentos; la presión cambió su estado. Provoqué un cortocircuito para que el acceso al laboratorio JEM se abriera, y de repente me quedé sin aliento al ver que el cuerpo de Balark flotaba sin rumbo por el módulo. Me acerqué y Balark era un esqueleto. ¡Pero qué diablos había ocurrido! Yo no soy una experta en anatomía forense, pero desde luego Balark llevaba muerto mucho tiempo.

Decidí buscar a Rosalía en la sala de comunicaciones. Tras varios minutos de búsqueda no di con ella. Ahora mi única opción de saber lo que estaba ocurriendo sería a través de las cajas negras donde se había registrado toda actividad de la ISS.

Balark se había suicidado tras ingerir productos tóxicos del laboratorio JEM. Anotó en un block de notas los múltiples intentos de rescatarme desde el exterior, le llevó varios años. El agujero de gusano había dilatado el tiempo en el interior de la ISS. Para mí sólo fueron unos minutos.
Rosalía tras el suicidio de Balark, decidió probar suerte abandonando la Estación con la nave Soyuz para intentar atravesar el agujero en dirección a la Tierra. Se desconoce su paradero.

Aproximadamente habían transcurrido un par de horas desde que comenzara esta odisea temporal. El reloj de mi traje era solar, por lo tanto no fue alterado tras la descarga electromagnética. Floté hasta la cabina de observación, miré al exterior y todo parecía haber vuelto a la normalidad. La ISS había salido del agujero de gusano.

Un objeto se aproximó a la ISS a una velocidad constante. Se trataba de una astronave proveniente de la Tierra. Su diseño era muy distinto a las naves espaciales convencionales. Tras realizar un reconocimiento exterior de la Estación con una especie de rayo láser, se acopló.

Un astronauta penetró en la Estación y se encaminó a la sala de comunicaciones donde me encontraba. Quedé impactada cuando comprobé que era Rosalía.

-¡Hola Diana! ¿Cómo te encuentras?-preguntó Rosalía.
-¿Cómo es posible? Has sobrevivido-dije asombrada.
-No soy la misma Rosalía que tú conociste hace 900 años. Ella fue rescatada de la Soyuz sin vida. Fue criogenizada para este posible encuentro en el futuro, y así fuese menos impactante para ti. La Estación Espacial Internacional desapareció en 2015 sin explicación, por entonces no había un desarrollo tecnológico lo suficientemente avanzado como para averiguar el motivo. Cientos de años después un eminente científico construyó un aparato capaz de visualizar la perturbación espacio temporal que se tragó a la ISS. Mantuvimos la esperanza durante casi 1000 años de encontrar un superviviente, y se ha cumplido.  

Han transcurrido unos meses desde que fui rescatada. Ahora Marte es mi nuevo hogar, y el Monte Olimpo el cuadro que decora su exterior.


Desirée 

1 comentario:

  1. Hola Desirée.
    Fascinante relato de C.Ficción.
    Has introducido muchos elementos que me gustan.
    Me recuerda a películas como Gravity, y una de Sharline Zeron y Jhonny Depp que ahora no recuerdo.
    Saludos.

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