Día 455 en Marte. A pesar de las inclemencias
meteorológicas conseguí alcanzar el borde del cráter y aún seguía sin
comprender por qué en la superficie apenas había recorrido unos pocos
cientos de metros, y en el espacio más de 500 millones de kilómetros en menos
de seis meses. Era obvio que la ingeniería humana se encuentra muy por detrás
de sus objetivos prioritarios. Este planteamiento incomprensible era otra
característica de los humanos, abocados a la autodestrucción.
Había sido programado para cumplir unos parámetros específicos; encontrar signos de vida en el interior del cráter Gale, cuya longitud rebasaba la centena. Desde la Tierra me ordenaron fotografiar el interior del cráter, y enviar respuesta inmediata de vuelta, aunque con un retraso de treinta minutos.
Comencé a disparar mi cámara pero mis circuitos se
paralizaron tras recibir una fuerte descarga de energía proveniente del
interior de la cuenca. Pude ver con visión nocturna, que algo se precipitaba
rápidamente hacia mí…
Rover Curiosity
Desirée
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